DOMINGUERO

Viajes de fin de semana con origen en Pamplona

19.10.04

42/2004-Boda

Esta vez ha salido un fin de semana diferente.

Según lo previsto salí el jueves al campo. Dejamos los coches en Unzué y caminamos un rato por la zona. No había setas ni mucha variedad de plantas, pero vimos madroños y comimos eligiendo los frutos más maduros. Era la primera vez que los comía en su punto y estaban deliciosos, pero no llegué a comer una docena, porque tenía que conducir a la vuelta.

Más sobre el madroño en http://www.internatura.uji.es/guias/arbustos/madronyo.htm, donde se dice claramente que "Los frutos son comestibles, pero si son consumidos en abundancia provocan dolor de cabeza y pueden llegar a emborrachar por su contenido alcohólico (Con ellos se preparan bebidas alcohólicas).", y bastante más en http://es.wikipedia.org/wiki/Arbutus_unedo

El viernes llovía por la tarde. Cuando llegué a Tiermas seguía lloviendo a ratos, pero dentro del agua caliente la lluvia no molestaba. Gracias a un pelmazo que se apegó no se me hizo duro abandonar el agua para acudir al concierto, salí antes de lo necesario y así pude aparcar en casa y subir al auditorio en bus. Tocaba la Orquesta Pablo Sarasate y cantaba María Bayo. La orquesta suena bien pero su página desafina mucho: dice que está en construcción pero en realidad está parada http://www.orquestapablosarasate.com/
Hay una entrevista a María Bayo en http://www.orfeoed.com/entrevistas/en12.asp y otra más extensa en http://www.goldbergweb.com/es/magazine/interviews/2004/02/20206.php
El programa del viernes se iniciaba con Martín y Soler y luego se dedicaba a Mozart, con las oberturas y algunas arias de "Las bodas de Fígaro", "Idomeneo" y "Don Giovanni". Gracias a nuestros aplausos obtuvimos dos piezas fuera de programa.

El sábado se casaba mi primo R. La novia, estaba guapísima con su vestido blanco de tirantes (con cualquier cosa habría estado guapa, lo que más le adornaba era su sonrisa y su expresión radiante), para el que no salió el día adecuado: estaba lluvioso y fresco. Comimos en el Mesón Egüés, prescindí de las copas y tras el baile llevé de regreso a mis padres y a otros tíos. Dejé el coche en casa, pasé las fotos al ordenador y grabé un CD con el que me presenté en la fiesta privada del bar Tresde y se lo entregué a la hermana del novio. Y, a partir de ahí, sin preocupaciones de coche, aguanté hasta que el ambiente fue decayendo y luego fui con el primo de edad más próxima por varios locales del casco viejo.

El domingo me levanté a mediodía. Tenía intención de salir de excursión y terminar bañándome, pero finalmente me quedé en el sofá delante de la tele.